Wu Wie



El Metodo Fukuoka

La técnica del no hacer 



El Wu Wei (no hacer nada) no se trata de sentarse y esperar a que la tierra se convierta en el jardín del edén. Muchas veces requiere años de observación y estudio de la tierra, hasta dar con las especies adecuadas y conseguir un estado de fertilidad óptimo para lograr una buena producción.





Principios básicos de la Agricultura Natural



No arar: En su estado natural la tierra no se ara a sí misma y los bosques siguen siendo cada año más fértiles si se les deja evolucionar. Al remover la tierra estamos modificando parte de la estructura y composición del suelo y destruyendo microscópicas comunidades de nemátodos, bacterias y hongos que hacen que una tierra sea rica y variada.


No usar abonos ni fertilizantes: De igual forma, los bosques no se abonan a base de compuestos concentrados. El simple aporte de materia vegetal que se descompone por acción de los citados habitantes de los suelos es suficiente para recuperar los nutrientes que en su día captaron las plantas a distintas profundidades del suelo. Todo esto y muchas más partículas procedentes de la fauna animal y lo que trae el viento hacen que la capa vegetal concentre una fertilidad inmensa.


No eliminar malas hierbas ni usar herbicidas: Las malas hierbas no existen si las conocemos y aprendemos a controlarlas con métodos naturales. Fukuoka propone estudiarlas para sacar partido de ellas y que interacciones con otras especies vegetales y la fauna del suelo para enriquecer el agrosistema. Una invasión de trébol deja de serlo cuando pensamos que evita el crecimiento de otras plantas de mayor porte y enriquece el suelo fijando nutrientes como el nitrógeno gracias a la simbiosis con determinadas bacterias del suelo.


No usar pesticidas: Las plagas en los monocultivos sólo se saben controlar a base de venenos. El método Fukuoka evita este tipo de cultivo intensivo, que agota el suelo, y prefiere sistemas con varias especies, donde es posible equilibrar de forma natural las poblaciones de insectos con el fin de que no resulten perjudiciales.


No podar: El propósito es permitir a las plantas alcanzar el porte para el que la naturaleza las diseño. Puede podarse una rama enferma o una que moleste en exceso a otra planta que nos interese, pero no resulta interesante modificar la forma original de un árbol a base de podas drásticas.